

El megacohete Starship explota sobre el Océano Índico en su más reciente prueba
El prototipo Starship de SpaceX explotó sobre el Océano Índico el martes, culminando otro accidentado vuelo de prueba del cohete, pieza clave del sueño de Elon Musk de colonizar Marte.
El vehículo de lanzamiento más grande y potente jamás construido despegó alrededor de las 18h36 (23h36 GMT) desde las instalaciones Starbase de la compañía, cerca de un pueblo del sur de Texas que a principios de mes votó para convertirse en la ciudad de Starbase.
"Es impresionante verlo elevarse en el aire", declaró a la AFP Dominick Cárdenas, de 21 años, tras seguir el ascenso de la nave con binoculares desde el Parque Isla Blanca, en la cercana isla South Padre,
Allí, decenas de espectadores, ubicados en el lado del paso marítimo Brazos Santiago opuesto a la base, sintieron el estruendo y remezón que provoca la nave al despegar.
La ingenieros de SpaceX y los espectadores de la transmisión del lanzamiento e mostraban optimistas y emocionados con esta operación, la novena del cohete, después de que las dos últimas salidas terminaran con la etapa superior de la nave desintegrándose en cascadas de fuego sobre el Caribe.
Pero los problemas no tardaron en aparecer: el cohete lanzador Super Heavy -conocido como la primera etapa de la nave, la que impulsa a la etapa superior- explotó en lugar de ejecutar su amerizaje previsto en el Golfo de México.
Una transmisión en directo mostró además que la nave espacial de la etapa superior no abría sus puertas para desplegar una carga útil de "simuladores" del satélite Starlink.
Aunque la nave voló más lejos que en sus dos intentos anteriores, presentó fugas y comenzó a girar sin control mientras se deslizaba por el espacio.
Los equipos de la misión purgaron combustible para reducir la fuerza de la explosión prevista, y las cámaras a bordo dejaron de funcionar aproximadamente a los 45 minutos de lo que debía ser un vuelo de 66 minutos, quedándose corto de su zona de amerizaje objetivo frente a la costa oeste de Australia.
"Starship experimentó un desmontaje rápido e imprevisto", publicó SpaceX en su cuenta de X, y enfatizó que aprendería de este contratiempo.
Musk, por su parte, prometió acelerar el ritmo: "La frecuencia de lanzamiento para los próximos tres vuelos será más rápida, aproximadamente uno cada tres o cuatro semanas", afirmó.
- Aficionados al espacio -
Con 123 metros de altura, este coloso está diseñado para ser totalmente reutilizable y lanzarse a bajo costo, lo que impulsa la esperanza de Musk de convertir a la humanidad en una especie multiplanetaria.
La NASA también cuenta con una variante de Starship para que sirva como módulo de aterrizaje para la tripulación de Artemis 3, la misión que llevará a los estadounidenses de regreso a la Luna.
Varias embarcaciones turísticas también se encontraban en la zona marítima desde donde se divisa la base espacial, mientras que una transmisión en vivo mostraba a Musk sentado en el control terrestre de la Base Estelar, con una camiseta de "Occupy Mars".
"Sé que en ciencia nunca hay un fracaso; se aprende todo de cada prueba, así que fue súper emocionante verlo", dijo por su parte Joshua Wingate, un emprendedor tecnológico de 33 años de Austin, después del lanzamiento.
Entre los espectadores estuvo el australiano Piers Dawson, de 50 años, quien programó sus vacaciones familiares en torno al lanzamiento: su esposa y su hijo adolescente, a quien sacó de la escuela para estar allí.
- 'Fallar rápido, aprender rápido' -
Starship ha completado nueve vuelos de prueba integrados a bordo de su cohete Super Heavy. SpaceX apuesta a que su filosofía de "fallar rápido, aprender rápido", que le ayudó a dominar los vuelos espaciales comerciales, dará sus frutos.
Como parte de sus avances, la compañía ha logrado hacer retornar y atrapar el cohete lanzador Super Heavy en los gigantescos brazos robóticos de la torre de lanzamiento tres veces, una audaz hazaña que considera clave para una rápida reutilización y la reducción de costos.
Este noveno vuelo marcó la primera vez que SpaceX reutilizó un cohete Super Heavy, aunque optó por no intentar atraparlo, sino que prefirió que lleve una trayectoria con un ángulo de descenso más pronunciado y la desactivación intencional de un motor.
La Administración Federal de Aviación (FAA) aprobó a inicios de mayo el aumento de los lanzamientos anuales del cohete de cinco a 25 desde su base en Texas.
Dijo que el cronograma ampliado no dañaría el medio ambiente, pese a las objeciones de los grupos ambientalistas preocupados por los impactos en las tortugas marinas y las aves playeras.
Rumelda Hales, una texana de 55 años que llegó con su esposo hasta la playa para ver el lanzamiento, dice que no coincide totalmente con Musk, pero cree que es "genial" lo que hace en el tema espacial.
"Extrañamos un poco el programa espacial. De pequeños era algo muy importante (...) Y este es un gran hito. Me alegra que Elon Musk nos lo traiga de vuelta, porque nunca deberían haberlo quitado", sostuvo.
I.Godoy--GBA